El tener un nuevo bebé es muy emocionante y lleno de nuevas experiencias.  Las nuevas familias tienen muchísimas decisiones que tomar, entre ellas, la forma en que eligen alimentar a sus infantes.  Amistades, familiares y hasta completos extraños dan opiniones de como  alimentar al infante.  Para aquellas familias que desean amamantar, los especialistas de lactancia brindan consejos y sugerencias útiles.  

 

Una lactancia exitosa proviene de comprender las diferentes etapas y necesidades nutricionales en evolución del bebé.  Muchos nuevos criadores se preguntan si su bebé está recibiendo suficiente leche.  Aprender que esperar en cuanto a la nutrición del infante durante los primeros 12 meses es bien útil para los criadores y cuidadores.  

 

Mientras que la gran mayoría de las personas lactantes pueden disfrutar de comer de todo, siempre y cuando no sea en exceso, y sin ninguna restricción de ningún grupo alimenticio, en los casos donde se sospecha que está ocurriendo un problema debido a algo que la persona lactante esté consumiendo, entonces se podría considerar una dieta de eliminación.

La anatomía oral, de la cabeza y cuello del infante es donde el proceso de alimentación comienza.  Problemas tales como barbilla recesiva, o hendiduras en las mejillas mientras el infante se alimenta al pecho pudiesen interferir con la lactancia; como también pudiesen ser señal de problemas anatómicos en el infante.  La función oral del infante puede afectar de forma positiva o negativa la experiencia de lactancia de la pareja lactante.  

¿Por qué debemos aprender sobre como introducir los alimentos complementarios al bebé?  Esto es necesario, en especial en nuestra sociedad, debido a que la mayoría de la literatura, profesionales de la salud, y hasta programas gubernamentales relacionados a la alimentación infantil, ni ofrecen información consistente, ni siguen las recomendaciones internacionales para la introducción de alimentos complementarios luego de los 6 meses de vida de todo infante (sea lactado o alimentado con fórmula).

Esta capacitación es una guía para enseñar como es la manera correcta de comenzar la alimentación complementaria en los infantes.  Esta guía está basada en las recomendaciones nacionales e internacionales sobre cuál es la manera correcta de introducir los alimentos complementarios a los infantes.

Tanto los “expertos” de la salud, como los “expertos” en la lactancia están de acuerdo que es mejor esperar a que el bebé cumpla los seis meses de vida antes de introducirlo a alimentos complementarios.  Unos sinnúmeros de estudios demuestran que el introducir alimentos complementarios antes de los seis meses NO ES SALUDABLE PARA LA SALUD DEL BEBÉ.  Desafortunadamente, la mayoría de los criadores y cuidadores son orientados erróneamente y comienzan los alimentos complementarios antes de la edad indicada.

A través de la historia humana, siempre ha existido el compartir leche humana para otra cría (mayormente a través de una nodriza).  En la mayoría de los casos, los beneficios inmediatos del compartir leche de forma informal es superior a cualquier riesgo existente.  Hoy en día, en especial en casos de emergencias, el compartir leche humana puede ser en algunos casos la única forma de salvar la vida de un infante, en especial en casos donde la persona que cría está herida, gravemente enferma, o ha fallecido; y no hay acceso ni otras alternativas seguras para alimentar al infante.  La Organización Mundial de la salud considera que tanto la nodriza como los bancos de leche formales son equitativamente una alternativa a considerar cuando la leche de la persona que cría no está disponible.  

La mayoría de las personas piensan que un embarazo dura 9 meses.  La realidad es que un embarazo a término es el periodo de 40 semanas que comienza el primer día de la última menstruación de la persona. Se considera a un bebé como prematuro a todo bebé que nazca antes de las 37 semanas de gestación.  
 
 Debido a que los bebés prematuros no tuvieron la oportunidad de desarrollarse al máximo en el útero, son más pequeños, de bajo peso y tienen más riesgos de desarrollar problemas médicos.  Es de suma importancia el que la persona lactante lleve su leche a la unidad de intensivo neonatal (NICU), ya que la leche humana toma el lugar que hubiese tomado la placenta si el parto se hubiese dado a término.

El experimentar un parto prematuro puede ser una experiencia traumática para la mayoría de las familias.  Los criadores se encuentran asustados por la situación, la cual se intensifica si se presentan también problemas de salud.  En la mayoría de los casos el ambiente en intensivo perinatal (NICU) es restrictivo e incómodo para los criadores.  Dependiendo de la edad gestacional, el infante puede permanecer hospitalizado en NICU tanto días como meses.

Se conoce como infante prematuro o pre-termino a aquel infante nacido antes de las 37 semanas de gestación.  Sin embargo, no es lo mismo un infante que nació tres o cuatro semanas pre-termino que un infante que nació tres o cuatro meses pre-termino.  Más de un 95% de los infantes prematuros sobreviven; aun los que presentaron problemas serios de salud.  

Muchos criadores se preocupan si su bebé amamantado está creciendo normal y saludablemente.  Muchos suelen comparar sus infantes con otros infantes de la misma edad, y se preocupan si su crecimiento o desarrollo no es el mismo.  Sin embargo, hay que tener en mente que cada infante es un individuo, y este crecerá a su propio ritmo.  Mientras que algunos infantes son grandes, otros son pequeños.  De igual forma, hay una fluctuación grande de lo que se considera un crecimiento saludable, ya que esto dependerá de muchos factores, al igual que no todos los infantes seguirán el mismo patrón.  

 

Las tablas de crecimiento son unas herramientas que muchos profesionales de la salud utilizan para evaluar el crecimiento de los infantes por un periodo de tiempo.  El que un infante esté en el 50% de percentil no significa que ese infante sea “normal”; solo significa que es “promedio”.  Hay que tener en cuenta que muchos factores contribuyen al peso y estatura del infante, incluyendo la genética, la dieta, y su nivel de actividad.  Un infante puede ser totalmente saludable, esté en el percentil 5% o 95%.

En emergencias, las muertes de infantes pueden ser de dos a setenta veces más altas que la tasa promedio. Para las personas gestantes, lactantes, e infantes desde el nacimiento hasta los veintitrés meses, la nutrición es clave para reducir las muertes y enfermedades que acompañan a las emergencias de todo tipo. Durante las emergencias, garantizar que los bebés sean amamantados exclusivamente durante los primeros seis meses y que la lactancia humana continúe durante dos años o más es crucial para salvaguardar la salud de los bebés y niños pequeños. Los riesgos de alimentar a los bebés con algo que no sea leche humana, especialmente durante los primeros seis meses, aumentan debido al agua sucia, las condiciones de vida hacinadas y antihigiénicas y los suministros inconsistentes en los mercados. Esto puede poner en peligro significativamente la salud de los bebés y puede conducir a un aumento de las enfermedades, la desnutrición y la mortalidad.

La Alimentación de  Infantes en Emergencias (IYCF-E) se refiere a la protección y el apoyo de una alimentación segura y adecuada para lactantes e infantes en todo tipo de emergencias, con el objetivo de salvaguardar su supervivencia, salud y crecimiento. Incluye el apoyo a las necesidades nutricionales de los bebés e infantes desde el nacimiento hasta los dos años; y se refiere tanto a los niños amamantados como a los no amamantados, así como al bienestar de las personas lactantes. IYCF-E protege la lactancia humana junto con alimentos complementarios seguros, diversos y disponibles localmente. Es un campo transversal que requiere la coordinación de múltiples áreas de especialización y debe integrarse en los planes de preparación y respuesta ante emergencias.