La mayoría de los medicamentos son compatibles con la lactancia; y para los pocos medicamentos que no lo son, existen sustituciones de medicamentos aceptables. Sin embargo, mientras que a muchas personas lactantes le dicen que necesita para la lactancia debido a que necesita hacerse unas pruebas médicas, o necesita tratamiento médico, la realidad es que la mayoría de las veces, esto es innecesario.
Muchas veces se les dice o recomienda a las personas lactantes interrumpir la lactancia si tienen algún procedimiento diagnóstico. Sin embargo, la lactancia puede continuar sin interrupción luego de estos procedimientos.
En general, si se está lo suficientemente sobrio para conducir, está lo suficientemente sobrio para amamantar. Menos del 2% del alcohol consumido por la persona lactante llega a su sangre y leche. El alcohol alcanza su punto máximo en la sangre y la leche de la madre aproximadamente entre 1/2 y 1 hora después de haber ingerido alcohol (pero hay una variación considerable de persona a persona, dependiendo de la cantidad de comida que comió en el mismo período de tiempo, el peso corporal de la persona lactante, y el porcentaje de grasa corporal, etc. .).
El alcohol no se acumula en la leche humana, sino que sale de la leche como sale de la sangre; así que cuando sus niveles de alcohol en la sangre vuelven a bajar, también lo hacen sus niveles de alcohol en la leche.
Existen muchas opciones para las personas que lactan en cuanto a opciones contraceptivas a escoger. Y mientras que la lactancia puede ser considerada un método de control de embarazos, hay muchas condiciones que las personas que lactan deben conocer para que este método sea efectivo.
En cuanto a las opciones para el control de fertilidad en las personas que lactan están los métodos hormonales, métodos de barrera, métodos naturales, métodos preventivos y los métodos permanentes para evitar embarazos o la gestación.
La lactancia humana es beneficiosa, tanto para los infantes, como para las personas lactantes. Los “expertos” recomiendan la lactancia exclusiva para los primeros 6 meses de vida. Sin embargo, hay situaciones donde la persona no debe amamantar al infante (está contraindicada la lactancia). El uso de drogas callejeras no es compatible con la lactancia, debido a que las drogas llegan al infante a través de la leche. Cuando el infante recibe droga a través de la leche, esto puede causar irritabilidad, somnolencia, pobre alimentación, problemas de crecimiento, daño neurológico, y hasta la muerte. El uso de drogas callejeras pone a la persona lactante en riesgo de contraer enfermedades infecciosas como el VIH y el HTLV, como también, la incapacita para cuidar bien de su infante. Sin embargo, si una persona usuaria se encuentra en un programa de rehabilitación de drogas (y no es VIH positivo), esta podría amamantar.
Un galactagogo es un producto consumido que puede ayudar a una madre o persona lactante a aumentar la producción de leche. Un galactagogo puede ser una hierba, alimento, o medicamento. A pesar de que muchas personas se preocupan de si están o no produciendo suficiente leche, la mayoría de las personas lactantes no necesitan el uso de galactagogo o ninguna técnica para aumentar su producción, sino necesitan apoyo para entender la conducta normal de bebés lactados y las señales de buena ingesta y saciedad. Pero sí hay situaciones en donde el uso de un galactagogo puede ser de mucha ayuda. Lamentablemente, hay un mito persistente en algunas fuentes, particularmente las redes sociales, que insisten que “la única manera de aumentar la producción es pegando a bebé.” Primero que sabemos que hay métodos de manejo clínico más allá del amamantamiento directo al pecho que pueden ayudar en la producción. También es importante evaluar cual es la causa de la pobre producción real para determinar cuál es el plan para manejar la misma.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de los tratamientos herbales no han sido estudiados, en especial, en personas lactantes; y que las sustancias llamadas “naturales” no automáticamente quieren decir que son seguras. Las hierbas también son drogas, y por ende, se deben utilizar con cautela.
Nuestro ambiente está lleno de toxinas y contaminantes que le hacen daño a nuestros niños e infantes; estas toxinas incluyen dioxinas, PCHs, mercurio, ftalatos, pesticidas, retardantes de fuego, bisfenol A y otras sustancias dañinas. Estas toxinas pasan a través de la placenta y llegan al feto durante la gestación; y luego del nacimiento llegan al infante a través de la leche humana. Los bebés e infantes se exponen a diario a toxinas peligrosas al tener contacto con el aire, agua, tierra y productos como la ropa, maquillaje, productos de limpieza, alfombras, etc.
Muchas de estas toxinas son capaces de viajar por el aire, contaminando el aire que se respira, el agua que se consume, y los alimentos, como también se encuentran en productos que utilizamos a diario. Muchas de estas toxinas se acumulan mayormente en las grasas del cuerpo, siendo parte de la carga corporal química. Algunos funcionan como interruptores endocrinos, dañando el sistema reproductivo. Los infantes están más en riesgo que los adultos, ya que consumen más alimento en relación con su tamaño y peso en comparación con lo que consume un adulto.
La exposición a las toxinas de los infantes comienza desde la gestación, donde el feto se expone a todos los contaminantes que se expone la madre o persona gestante (aire, alimentos, productos, y agua). Luego del parto, el infante continúa exponiéndose a los contaminantes en su medio ambiente. Aún los juguetes, mamaderas y biberones contienen químicos peligrosos.