En este módulo se analiza la lactancia desde cuatro perspectivas fundamentales:
· Su importancia en la supervivencia y el desarrollo infantil.
· Los beneficios a corto, mediano y largo plazo para la salud materno-parental-infantil.
· El impacto económico y la reducción de costos en los sistemas de salud.
· La relación entre lactancia y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
La Iniciativa Hospital Amigo del Niño y la Niña (IHAN), conocida internacionalmente como Baby-Friendly Hospital Initiative (BFHI), es un esfuerzo liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF que busca que los establecimientos que ofrecen servicios de maternidad y neonatales implementen prácticas concretas para proteger, promover y apoyar la lactancia. Tras su lanzamiento en 1991 y una revisión clave de sus «Diez Pasos» y la guía de implementación en 2018, la IHAN ha sido reevaluada y adaptada para hacer frente a retos contemporáneos en la atención perinatal.
Este módulo describe el origen y evolución de la IHAN, la evidencia que respalda sus componentes, los cambios introducidos en la revisión de 2018, el impacto documentado en prácticas y resultados, barreras para su implementación, estrategias para su sostenibilidad y recomendaciones políticas y programáticas.
La lactancia es una práctica fundamental para la salud pública y un derecho humano reconocido tanto para la persona que lacta como para el infante. Sin embargo, a pesar de su carácter natural y de los beneficios ampliamente documentados, la lactancia enfrenta múltiples obstáculos: presiones sociales y culturales, falta de apoyo institucional, brechas en las políticas de protección, así como la influencia de la industria de sucedáneos de la leche humana. Ante este escenario, la defensoría y promoción de la lactancia se han convertido en componentes esenciales para garantizar su sostenibilidad.
En salud pública, el concepto de “advocacy” o abogacía representa la acción organizada y estratégica para influir en políticas, marcos normativos y entornos sociales que permitan a las personas amamantar en condiciones de libertad, seguridad y apoyo. La promoción de la lactancia implica no solo difundir sus beneficios, sino también empoderar a las familias y construir redes de protección contra prácticas que la debilitan.
Este módulo aborda cinco ejes centrales: el concepto de “advocacy” en salud pública; las estrategias para enfrentar la influencia de la industria de sucedáneos; la comunicación social y campañas de sensibilización; el activismo digital y el papel de las redes sociales en la defensa de la lactancia; y, finalmente, el rol de organizaciones internacionales, ONGs y la sociedad civil.
La lactancia es reconocida a nivel global como un derecho humano fundamental, tanto para el niño o niña, que tiene derecho a la mejor alimentación posible, como para la persona que lacta, que tiene derecho a condiciones adecuadas para amamantar o extraer su leche. Diversos marcos legales, políticas públicas y tratados internacionales han establecido obligaciones para los países en cuanto a la protección, promoción y apoyo de la lactancia. No obstante, la implementación de estas políticas enfrenta grandes desafíos debido a las presiones de la industria de sucedáneos de leche humana, las desigualdades de género, las carencias en la legislación laboral y la falta de inversión pública.
Este módulo analiza los principales instrumentos internacionales vinculados a la lactancia, los avances en diferentes regiones del mundo, la importancia de la protección en el ámbito laboral, así como los retos y recomendaciones para garantizar este derecho humano en el siglo XXI.
La lactancia es un componente esencial para la salud pública, el desarrollo infantil y el bienestar materno-parental. La evidencia científica ha demostrado sus beneficios nutricionales, inmunológicos, económicos y sociales, pero también ha revelado que su práctica no depende exclusivamente de la decisión individual materno-parental, sino de un entramado de factores sociales, estructurales y de apoyo institucional. En este contexto, los sistemas de salud y el apoyo comunitario juegan un papel determinante en la promoción, protección y apoyo a la lactancia.
El presente módulo analiza tres ejes fundamentales: la capacitación del personal de salud en consejería en lactancia, las redes comunitarias de apoyo, incluyendo la consejería de pares, y la integración de la lactancia en los programas de salud materno-parental-infantil. Estos apartados permiten comprender cómo la combinación de estrategias institucionales y comunitarias fortalece la práctica de la lactancia y contribuye a su sostenibilidad en distintos contextos.
La lactancia humana representa uno de los pilares fundamentales de la salud materno-parental-infantil y de la salud pública global. Se trata de un proceso que combina dimensiones biológicas, sociales y culturales, con repercusiones duraderas en la supervivencia infantil, la salud de la persona que lacta y el bienestar de las comunidades. Pese a la evidencia acumulada durante décadas sobre sus beneficios, la lactancia aún no ocupa un lugar central en muchos programas de salud, lo que limita su potencial transformador.
La integración plena de la lactancia en los programas de salud materno-parental-infantil exige una mirada sistémica que abarque políticas públicas, prácticas clínicas, acompañamiento comunitario y la formación de los profesionales y acompañantes que participan en la atención a las familias. Pediatras, obstetras, enfermeras, parteras, doulas y consejeros de lactancia conforman un entramado humano que puede facilitar o dificultar la práctica de la lactancia. Su capacitación constituye una de las estrategias más potentes para garantizar un entorno de apoyo coherente, inclusivo y basado en evidencia.
Las emergencias humanitarias, ya sean producto de conflictos armados, desastres naturales o crisis migratorias, representan un desafío mayúsculo para la salud pública y la seguridad alimentaria. En tales circunstancias, los grupos más vulnerables —niños y niñas, embarazadas y personas que lactan— enfrentan condiciones que ponen en riesgo su supervivencia y bienestar.
La lactancia, reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF como la forma óptima de alimentación infantil, adquiere un valor aún más crítico en contextos de emergencia. Su disponibilidad inmediata, seguridad, valor nutricional y capacidad para proteger frente a enfermedades hacen de la leche humana un recurso vital cuando los sistemas sanitarios, las cadenas de suministro y el acceso a agua potable se ven interrumpidos (WHO & UNICEF, 2017).
Este módulo explora la importancia de la lactancia en contextos de emergencia, analiza los marcos internacionales que protegen este derecho, describe los principales desafíos que enfrentan las familias, y expone estrategias de apoyo implementadas en distintos escenarios de crisis.
La lactancia es reconocida como un derecho humano, un determinante clave de la salud pública y una práctica con beneficios a corto, mediano y largo plazo tanto para el infante como para la persona que lacta (World Health Organization [WHO], 2023). Sin embargo, el acceso a la lactancia, su continuidad y el apoyo institucional y comunitario para sostenerla no son iguales para todas las familias. Existen desigualdades estructurales, sociales, económicas, raciales, culturales y de acceso a la salud que afectan de manera directa las decisiones y posibilidades de amamantar.
En este sentido, la equidad y la justicia social en la lactancia representan un campo de análisis crucial. No basta con reconocer los beneficios biológicos de la leche humana: es indispensable comprender cómo las estructuras de poder, las políticas públicas, las condiciones de vida y los contextos sociales influyen en quiénes pueden lactar, quiénes encuentran más obstáculos y quiénes enfrentan mayores riesgos de abandono temprano de la práctica.
Este módulo explora las dimensiones de equidad y justicia social en la lactancia, enfocándose en: las barreras estructurales y sociales que afectan la lactancia; la lactancia en comunidades marginadas y rurales; las desigualdades relacionadas con raza y clase social; la lactancia en contextos de discapacidad; y la lactancia en situaciones de migración y refugio.
La lactancia es reconocida como la forma óptima de nutrición infantil, con beneficios bien documentados para la salud materno-parental-infantil. Además de su importancia nutricional e inmunológica, la lactancia contribuye al desarrollo cognitivo, fortalece el vínculo afectivo y tiene un impacto económico positivo al reducir los costos en los sistemas de salud (Victora et al., 2016). Sin embargo, la práctica de la lactancia enfrenta múltiples barreras, y una de las más persistentes es la influencia de la industria de sucedáneos de la leche humana.
Esta industria ha desarrollado estrategias comerciales que afectan la percepción de las familias sobre la lactancia y promueven el uso de fórmulas infantiles, incluso en contextos donde la lactancia podría ser segura y factible. Frente a esto, es fundamental implementar estrategias de defensa y promoción de la lactancia que combinen políticas públicas, comunicación social, activismo digital y acción comunitaria. Este módulo analiza las tácticas de la industria, las políticas internacionales existentes, y propone estrategias integrales para enfrentar su influencia de manera efectiva.